Fundador
Para llevar el timón de una embarcación, se necesita tener una carta marina y un faro.
Ricardo B. Salinas Pliego
Para llevar el timón de una embarcación, se necesita tener una carta marina y un faro.
Ricardo B. Salinas Pliego
Ricardo B. Salinas Pliego es un destacado empresario mexicano, fundador de Grupo Salinas, enfocado en impulsar el valor de los negocios, su ejecución dinámica y eficiente. Además, es un activo promotor del cambio social y de la difusión cultural a través de las distintas organizaciones que preside como el Centro Ricardo B. Salinas Pliego y Fundación Azteca.
La persistencia y empuje hacia las metas de cada uno serán el motor que les permita lograr la excelencia.
Ricardo B. Salinas Pliego
Por todo lo anterior, en el año 2015 la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) le otorgó el Doctorado Honoris Causa debido a su firme liderazgo y contribución al desarrollo de los negocios en México, los Estados Unidos y los países latinoamericanos en donde operan las compañías de Grupo Salinas.
Ha sido reconocido por algunas de las organizaciones empresariales y foros más importantes del mundo; como The World Economic Forum y The Aspen Institute. También ha sido conferencista en ‘The Young Presidents' Organization’, ‘The Economist Roundtable on Mexico’, ‘The Institute of the Americas’, ‘The Harvard Business School’, y el foro TED, disertando con frecuencia acerca de temas de actualidad como la globalización, las oportunidades en la Base de la Pirámide y los beneficios del cambio tecnológico en la sociedad.
De igual forma, ha impartido conferencias sobre globalización, migración, liderazgo, cambio cultural y libertad económica en Michigan University, Georgetown University, UCLA, Harvard University, ITAM y Tec de Monterrey.
Ricardo B. Salinas Pliego tiene una enorme confianza en las posibilidades del cambio democrático, y cree firmemente en los beneficios de la transformación económica de México hacia un mercado abierto. Por ello, busca valor en las industrias de alto crecimiento, creando riqueza para sus empleados, socios y accionistas, y enalteciendo paralelamente los valores culturales de su país y de su comunidad.
De acuerdo con Ricardo Salinas: “Mi bisabuelo Benjamín empezó el negocio y contando de allí, soy la cuarta generación pasando por el abuelo don Hugo Salinas Rocha y mi padre, Hugo Salinas Price.” La historia de la familia Salinas y sus negocios se remonta hacia principios del siglo pasado.
La historia de la familia Salinas y sus negocios se remonta hacia principios del siglo pasado. Fue el bisabuelo de Ricardo Salinas, Benjamín, quién comenzó el negocio familiar pasando por el abuelo, Don Hugo Salinas Rocha, y su padre, Hugo Salinas Price.
La familia es el espacio donde se forjan los conceptos, valores y la visión que nos marcarán y guiarán por el resto de nuestras vidas.
Ricardo B. Salinas Pliego
Hugo Salinas Price trabajó por primera vez en la fábrica de radios de su padre durante el verano de 1949, cuando tenía apenas 17 años. En ese momento, Hugo Salinas Rocha contemplaba cambiar el nombre del negocio, Radiotécnica. El cambio se hizo oficial en octubre de 1950, con lo que nació Elektra Mexicana.
El joven Hugo comenzó a interesarse en algunos proyectos, en particular, el diseño de un televisor que desarrollaba el ingeniero Guillermo de la Peña. Gracias a su espíritu de inventiva y realización, impulsó la idea para que se concretara. Los televisores funcionaron y fueron un éxito para la empresa.
Posteriormente inició la carrera de Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey. Sin embargo, después de tres semestres decidió que las leyes eran lo suyo y terminó sus estudios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la Ciudad de México.
A los 20 años se convirtió en Gerente General de Elektra, lo que representó un gran reto pues la compañía experimentaba complicaciones económicas que supo sortear, en parte por la gran aceptación que tuvieron los televisores. Sin embargo, no fue sencillo, ya que debido a la fuerte competencia que representaban grandes marcas como Philco, Philips, Admiral y otras, debieron buscar otros canales de distribución para vender los aparatos. Así nació el “cambaceo”: contrataron vendedores para ofrecer los productos de casa en casa y en abonos.
Hugo Salinas Price y Familia. “Fueron 6 hijos, así que fueron años de mucho trabajo. Mi aporte fue darle apoyo a mi marido, siempre estuve con él, asistía a todos los eventos y los hijos también nos acompañaban siempre con mucho gusto”. – Esther Pliego de Salinas
En fotografía: Esther, Rebeca, Ricardo, Guillermo y Norah Emilia con sus papás, en el XII aniversario de matrimonio: 16 octubre de 1966.
En 1956 Elektra estableció su primera tienda, que atendía únicamente a distribuidores y mayoristas. Al poco tiempo se abrió al público en general incorporando la venta de muebles.
En 1961, tras la división en Salinas y Rocha, Hugo Salinas Price asumió el rol principal dentro de Elektra, que para ese año contaba ya con seis tiendas propias. Rápidamente, el negocio se expandió a través de nuevas sucursales y la venta de diferentes mercancías, como los electrodomésticos. Parte de la estrategia fue también incrementar la calidad en la fabricación de los productos.
El sistema comercial sufrió también una transformación, ya que mientras aumentaba el número de sucursales, las ventas al mayoreo decrecían, por lo que finalmente se abandonó esta forma de venta para concentrarse en el menudeo.
El negocio marchaba bien, pero necesitaba mayor liquidez. Entonces, en 1962, Hugo Salinas Price adoptó una importante medida: solicitar un crédito a bancos extranjeros. Este financiamiento permitió aumentar las ventas en 40%. Años después, a través de este mecanismo y de una estricta administración, se impulsó la expansión de la compañía.
Conforme la empresa fue creciendo, otro reto excepcional fue crear un sistema de información confiable que, de manera cotidiana, reportara la rentabilidad de los productos, de las tiendas y las promociones.
Hugo Salinas Price sacó provecho del talento que heredó y su legado superó lo que él mismo imaginó: expansión y consolidación de los negocios. Visionario y decidido, su compromiso con el avance tecnológico impulsó la transformación de Elektra. En sus propias palabras, para los empresarios “México ha sido y sigue siendo un país de carrera de obstáculos, donde sólo los más tenaces, los más necios, los más atrevidos, los de más aguante, pueden salir adelante”.
Entrega de reconocimientos en convención de Elektra. “Siempre admiré la creatividad de los trabajadores, reconocí su talento. Buena gente. Siempre me gustó trabajar con ellos, hacer cosas, inventar algo, construir o diseñar, y luego ver cómo se volvía realidad. Eso es muy satisfactorio; siempre me ha gustado trabajar con la gente”.
En fotografía: Hugo Salinas Price otorgando un reconocimiento.
Hugo Salinas Rocha comenzó a trabajar como obrero en la fábrica de Salinas & Rocha. Cuatro años más tarde ya era gerente de la tienda de la Ciudad de México, fundada en 1933, en la calle de Tacuba.
Estudió en Estados Unidos con el propósito de adquirir conocimientos que le permitieran al negocio poner más énfasis en el comercio que en la industria. Instituyó precios fijos, instauró el horario corrido y mejoró el sistema de crédito implantado desde el inicio. Con estas sencillas medidas comenzó la transformación del comercio en México.
Las ventas de Salinas & Rocha superaron la capacidad de producción de las fábricas de Monterrey. Fue entonces cuando se empezó a importar mercancía y a comercializar línea blanca. Hugo Salinas Rocha comenzó a hacer promoción de ventas en forma regular y a exhibir los precios a la vista del cliente —otro cambio en el sistema de comercio al menudeo en México—. La economía del país y la estabilización política favorecieron en gran manera el desarrollo de la compañía. El local de avenida Juárez, junto a la Alameda Central, se convirtió en la matriz y símbolo de la empresa.
En 1948, a raíz de ciertas diferencias entre los fundadores de la empresa y los miembros de la segunda generación, Hugo Salinas Rocha fundó, en sociedad con Donald Stoner, Radiotécnica S.A., una fábrica de radios con tecnología de punta.
Hugo Salinas Rocha y Familia. En fotografía: Hugo Salinas Rocha con su esposa Norah Price y sus hijos Mónica, Ricardo, Hugo, Roberto, Miriam y su perrita Penny, durante la Navidad de 1945.
Stoner dejó la sociedad y Hugo Salinas invitó a los ingenieros Eduardo Antonio Veytia y Guillermo de la Peña a integrarse. Juntos diseñaron todo tipo de radios que, desafortunadamente, tenían diversos problemas técnicos. Posteriormente, Salinas Rocha mandó llamar al ingeniero Raúl Padilla Valero para que ideara un radio que funcionara bien.
Después de algunos intentos, el ingeniero logró su cometido. Hugo Salinas Rocha decidió volverlos a comercializar, pero antes cambió el nombre a la empresa para no conservar la mala fama que pudieran haberle traído los aparatos defectuosos de la generación anterior. Fue así como surgió Elektra.
Elektra Mexicana S.A. de C.V. nació en octubre de 1950 con una fábrica de dos plantas de 700 metros cuadrados cada una. El negocio se convirtió en uno de los actores principales de la modernización del país y en un promotor del bienestar general.
En Elektra, Hugo Salinas Rocha comenzó a importar televisores desarmados de Estados Unidos que posteriormente vendía en las tiendas Salinas & Rocha bajo la marca Imperial, hasta que más tarde la empresa decidió fabricar sus propios aparatos, mismos que resultaron un gran éxito. Sin embargo, a pesar de que la venta de televisores impulsó en gran manera a Elektra, la dura competencia con otras marcas muy reconocidas impuso la necesidad de comercializarlos fuera de los canales de distribución tradicionales. Para ello, contrataron vendedores que, de casa en casa, ofrecían televisores por catálogo y en abonos.
Pero en febrero de 1961, a pesar de los resultados positivos de la compañía, el Consejo de Administración de Salinas y Rocha decidió remover a Hugo Salinas de su cargo como director general cuando la cadena tenía 38 tiendas y constituía el competidor principal de Sears. Entre las razones de la destitución se hallaba la agresiva manera de manejar la empresa, no obstante, el gran éxito obtenido.
Hugo Salinas Price sacó provecho del talento que heredó y su legado superó lo que él mismo imaginó: expansión y consolidación de los negocios. Visionario y decidido, su compromiso con el avance tecnológico impulsó la transformación de Elektra. En sus propias palabras, para los empresarios “México ha sido y sigue siendo un país de carrera de obstáculos, donde sólo los más tenaces, los más necios, los más atrevidos, los de más aguante, pueden salir adelante”.
Tienda Salinas y Rocha en los años cuarenta. Salinas y Rocha se anunciaba vendiendo fundamentalmente una idea: la de conformar el hogar ideal. La publicidad decía: “Salinas y Rocha le ofrece todo para su hogar”.
En Monterrey, en 1884, nació Benjamín Salinas Westrup, fundador de Grupo Salinas. El trabajo y los vínculos estrechos que le fueron inculcados por su familia protestante fueron la mejor escuela para su carrera. Comenzó a trabajar a los 14 años en la talabartería de su padre, Jesús María Salinas, quien, aprovechando el auge del algodón a fines del siglo XIX, se dedicaba a producir colchones y caronas para ensillar caballos.
Jesús María Salinas, al darse cuenta de que su hijo era su mejor vendedor, le dijo que fuera a trabajar a un lugar en el que tuviera un mayor ingreso. Fue así como Benjamín Salinas Westrup conoció a Jesús Montemayor, uno de los empresarios más importantes de Monterrey en aquel tiempo, para el cual trabajó demostrando su gran talento. Al paso del tiempo, Don Jesús, notando la capacidad de Benjamín, le pide que se asocien, pero él rechazó la oferta. Firme en la idea de formar su propio negocio, Benjamín decide asociarse con su cuñado Joel Rocha Barocio.
Al principio, el negocio consistía en comprar enseres domésticos a su suegro, a su padre y a distintas casas importadoras. De Europa importaron la primera cama, adaptaron su modelo y, posteriormente en 1906 establecieron una fábrica de camas de latón. Así es como nace la empresa Benjamín Salinas y Compañía, registrada formalmente dos años después. Para 1909, las camas que fabricaban ya eran muy famosas en Nuevo León y los estados vecinos, y a varias partes de la región eran enviados embarques por ferrocarril.
Benjamin Salinas Westrup. “Hay que aventurar esfuerzos”. Ser empresario era su vida. Hacer negocios y crear empresas era su modo de vida, donde plasmó su religiosidad. Sus esfuerzos constituyeron el inicio y motor de lo que hoy es Grupo Salinas.
Sin embargo, cinco años después, a consecuencia de la Revolución Mexicana, la fábrica tuvo que cerrar, y Benjamín y Joel decidieron transformar esa situación crítica en una oportunidad de negocio.
En los años 20, se establece la primera mueblería Salinas & Rocha en el centro de Monterrey, iniciando con ella el sistema de ventas en abonos semanales, por medio del cual se aliviaba en algo la escasez y se atendían al mismo tiempo las necesidades de la población. A finales de la década, ya había tres tiendas en la ciudad. Estos dos emprendedores entendieron antes que nadie el valor de vender a crédito y sin saberlo, crearon el concepto que hoy mueve a Elektra y a Banco Azteca.
La compañía siguió creciendo e implementando nuevas tecnologías y estrategias, aprovechando al máximo todos sus recursos hasta convertirse en una empresa que, además de muebles, ofrecía una extensa gama de productos que iban desde insecticidas hasta jabones, logrando estabilizarse y prosperar, a pesar de la situación adversa que se vivía en el país después de la revolución.
Benjamin Salinas Westrup y su esposa Elisa Rocha Barocio.
Ricardo Salinas ofreció una conferencia en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, en donde compartió con los estudiantes sus experiencias sobre el mundo de los negocios.
Conferencia magistral de Ricardo Salinas en el marco de la Semana Nacional del Emprendedor 2018. Durante su plática, destacó la importancia de la definición de objetivos claros y la adecuada ejecución en el desempeño de las empresas.
¿Por qué sigue habiendo tanta gente pobre en México y en el mundo?¿Por qué esa gente carece de oportunidades para crecer y crear riqueza?
Ricardo Salinas planteó estas preguntas a jóvenes universitarios durante una conferencia en la Universidad del Valle de México y compartió sus reflexiones sobre el tema. Considera que hay dos factores que influyen en la situación de las personas que les impiden alcanzar un pleno desarrollo: el entorno y las ideas(cultura).
La energía y dinamismo de la juventud, llevarán a México a una mayor prosperidad, señaló el Presidente de Grupo Salinas, Ricardo Salinas, ante cientos de jóvenes universitarios en San Luis Potosí.
En el marco de la Semana Nacional del Emprendedor 2017, Ricardo Salinas ofreció una conferencia titulada, “Un compromiso con México”, en la que presentó ideas sobre la necesidad de fortalecer las libertades en el país, fomentar un cambio cultural que promueva la generación de riqueza y luchar por una prosperidad compartida.
Ricardo Salinas expuso ante empresarios e industriales sus ideas sobre la importancia de que las empresas impulsen la generación de valor social compartido y prosperidad incluyente en México.
El Cambio Cultural es una revolución en la forma tradicional de pensar.
La cultura son ideas y valores arraigados profundamente en la sociedad que definen su comportamiento. Sin embargo, muchos de ellos son conceptos muy antiguos que, al no actualizarse, nos han llevado al fracaso.
El mundo evoluciona cada vez más rápido por lo que, si queremos avanzar, necesitamos adaptarnos.
Por eso, en el Centro Ricardo B. Salinas Pliego, proponemos una renovación en aspectos como la cultura de la legalidad, del esfuerzo, educación, familia y la urgente necesidad de fortalecer una cultura emprendedora.
Construir una visión de futuro compartida en la que nos vaya mejor a todos, es lo que se requiere para dar el salto al desarrollo.
Ser honesto es ser íntegro. Implica congruencia entre lo que uno siente, piensa, dice y hace.
Al guiar nuestras acciones con la verdad, establecemos una relación de confianza y respeto que nos permiten lograr objetivos y saber cómo corregir nuestros errores.
No siempre es sencillo demostrar este valor en nuestro día a día pero, sin duda, aplicarlo es prueba de nuestro carácter y compromiso.
Ejecutar es ofrecer resultados, es actuar para cumplir objetivos.
Implica realizar las tareas de manera rápida y sencilla, eliminando funciones y procesos innecesarios. Necesitamos cumplir nuestras asignaciones a tiempo y con calidad.
Vivir con sentido de urgencia nos permite buscar constantemente la forma de mejorar.
Significa ser fiel a tu lugar de trabajo, a las organizaciones, a tus colegas y a las creencias de la empresa. Es el orgullo de pertenencia y el nunca dar “la espalda”.
La lealtad es un camino de dos vías llamado respeto, el cual se logra con el esfuerzo y compromiso diario.
La confianza y el respeto son conceptos que van de la mano: la credibilidad de los puestos de liderazgo está directamente relacionada con su trato y consideración para con sus equipos.
Es esencial crear un ambiente donde todos somos escuchados, aprendemos unos de otros y llegamos juntos a la meta porque sabemos que todos buscamos lo mismo.
El cliente es nuestra razón de existir, por eso siempre encontramos formas para satisfacer sus deseos y necesidades.
La fortaleza financiera y operativa de cualquier empresa se relaciona estrechamente con un cliente satisfecho que regrese, recompre y recomiende.
Solo de esta manera se impulsa un círculo virtuoso de crecimiento empresarial.
Es el hábito del esfuerzo diario. Querer sobresalir en nuestras acciones y hacerlas con pasión.
En el Centro Ricardo B. Salinas Pliego, queremos que los mexicanos sean los mejores en su especialidad y hagan las cosas con entrega total, con energía y con atención a los detalles. Esa es la clave para el progreso.
Hay veces que nuestros objetivos se frenan porque existen muchos procesos innecesarios que nos obstaculizan.
Debemos eliminar la burocracia, simplificar las medidas e incentivar el pensamiento intuitivo y la creatividad. Solo así se puede tomar decisiones rápidamente y con certeza.
Vivir con sentido de urgencia nos permite transformar realidades.
Aprender es encontrar respuestas, curiosidad y nuevas preguntas.
Enfrentar el cambio y prepararse para un ambiente de constante transformación es la manera más eficiente de alejarnos de nuestra zona de confort y del estancamiento.
Aprender es llenarse de energía, conseguir nuevas habilidades para ser competitivo, y poder progresar.
Formar un equipo no solo es lograr sacar el trabajo, implica comunicarnos de manera clara y honesta, escuchar y respetar diferentes puntos de vista e ideas, y saber crear alianzas para lograr objetivos en común.
Llegar lejos es más fácil cuando todos tenemos la misma meta, el conjunto de habilidades individuales logra resultados extraordinarios.
El máximo resultado de la calidad humana es la generosidad.
Todos somos susceptibles de necesitar de los demás. Pero ser generosos no significa regalar; es dar información y medios para que cada quien se supere con el esfuerzo propio.
La generosidad es la expresión de amar a nuestra comunidad y buscar su felicidad y desarrollo.
Más allá de las reformas estructurales, México necesita un verdadero cambio cultural. Esta revolución se refiere a aspectos como la cultura de la legalidad, esfuerzo y riqueza, educación, familia y la urgente necesidad de fortalecer una cultura emprendedora para aumentar nuestro capital empresarial.
Muchos de los conceptos culturales e instituciones fallidas que tienden a llevarnos al fracaso, son como un cáncer que surgió desde antes de la conquista y durante la Colonia: fueron impuestos primero por los conquistadores aztecas y después por los españoles en su visión medieval del universo. Desafortunadamente, estas ideas reforzadas durante siglos han contaminado la mente del mexicano y del resto de América Latina.
El cambio cultural no es algo que se pueda lograr de la noche a la mañana, a veces tarda generaciones en ocurrir. En México no tenemos más tiempo que perder. El mundo cambia vertiginosamente y debemos pensar cómo lograr que estalle una revolución cultural en nuestros jóvenes.
Tener una población educada es una de las mayores fortalezas para cualquier país. El talento, el conocimiento y la innovación, hoy en día valen más que otros recursos.
La educación dota a las personas de capacidades que les permiten ser autosuficientes y desarrollarse.
Por eso es esencial encontrar el balance entre lo que nos gusta hacer y aquello para lo que somos buenos; es decir, encontrar nuestro elemento, explotarlo y salir adelante.
Las leyes son la herramienta para crear justicia.
El imperio de la Ley es indispensable en todo país. Sin embargo, como dijo Rüdiger
Dornbusch, el problema es que “mientras en los países desarrollados hay leyes flexibles
de aplicación rigurosa, los países latinoamericanos tienen leyes rigurosas de aplicación flexible”.
El resultado: impunidad y hartazgo en la sociedad.
Una justicia lenta, no es justicia. Pero para transformar la mentalidad de México se debe empezar por las leyes y su respeto.
La familia es la base de toda sociedad.
Es en nuestro hogar donde aprendemos los valores y la visión que nos guiará el resto de nuestras vidas.
La confianza y talento de una persona, son también resultado del trabajo de aquellos que ayudaron a
su formación. Por eso, es esencial que la familia sea la plataforma desde la que despeguen
las aspiraciones y proyectos personales.
La cultura del esfuerzo debe anclarse en nuestros principios culturales, empezando en casa.
El cambio cultural y el liderazgo son los temas centrales de la tesis doctoral de Ricardo B. Salinas Pliego.
¿Por qué un emprendedor se interesa en estos temas? Su respuesta es muy sencilla: “Me preocupa México, aquí tengo a mi familia, a mis empresas y aquí vivo”.
Ricardo Salinas siempre ha pensado que detrás de toda crisis hay un común denominador: un liderazgo fallido. Al navegar en aguas turbulentas es esencial confiar en quien lleva el timón. Hoy, en todo el mundo enfrentamos aguas extremadamente agitadas.
México es una gran promesa que debería ser una potencia económica. Sin embargo, hace falta resolver cuestiones como la justicia y el estado de derecho. Para lograrlo necesita un profundo cambio cultural que se arraigue profundamente en la sociedad y transforme la realidad nacional.
México requiere de líderes que asuman este fuerte compromiso para lograr el desarrollo.
Centro Ricardo B. Salinas Pliego A.C es una asociación civil sin fines de lucro, que entre sus propósitos se encuentra colaborar en la creación de entornos propicios para generar innovación y prosperidad incluyente, a través del impulso de la libertad, el buen liderazgo, las ideas y la cultura, para que las próximas generaciones vivan un México donde nos vaya mejor a todos.
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